sábado, 13 de febrero de 2010

Prescripciones y proscripciones legales

Como viene siendo habitual, el coche me ha dejado tirado otra semanita más y en el entretanto he usado el transporte público (taxi, metro, autobús...) intentando minimizar el coste y optimizar el tiempo disponible.
Hace unos días subí al metro con mis dos hijos medianos; Javier (5 años) me preguntaba con insistencia "¿Por qué en el metro no dejan decir ok?". La verdad es que no entendía qué me quería decir, hasta que en el momento de salir del vagón reparé en el adhesivo:

Al niño no le parecía tan extraño que se hubiera prohibido "decir ok" aunque sí que se planteaba la causa. Supongo que aunque son pequeños han tenido ocasión de reflexionar a su manera sobre las paradojas de las prescripciones y las proscripciones normativas: saben  que matar un ser humano en el vientre de su madre no está prohibido (desde que eran pequeños los he llevado a vindicar el derecho a vivir, a protestar contra los sucesores de Herodes delante de las clínicas abortistas) y también saben que por cazar una perdiz en tiempo de veda se te puede caer el pelo (yo antes era cazador y me preguntan muchas cosas sobre las cuestiones cinegéticas).

Espero que ellos solitos vayan sacando conclusiones o al menos sigan haciéndose preguntas... siempre tendrán a su padre para intentar resolverles las dudas.

5 comentarios:

Manuel dijo...

En el último párrafo discrepo de la primera parte, aunque me tranquiliza la segunda
Nadie saca conclusiones por si sólo, sino influido por la sociedad en la que vive, los media que ve,lee y oye, los conocimientos, aprendizajes, amigos, vecinos, etc.., por lo tanto ahora, dado el ambiente que impera es peligroso dejar que los niños saquen consecuencias "ellos solitos"
Afortunadamente en su caso tienen el apoyo paterno

Jesús T.A. dijo...

Manolo, el reto de un padre no es pensar por sus hijos sino ayudar a formar su conciencia (no embargarla sino ayudar a formarla), para que ellos aprendan a ir sacando sus conclusiones. Es como enseñar a andar: se empieza sujetando fuerte pero cada vez hay que ir soltando más de la mano...

Mentiría si dijera que no espero que en muchos asuntos sean conclusiones parecidas a las mías pero el riesgo que asumió el mimso Dios con la libertad de sus hijos, tenemos que asumirlo con nuestros hijos de sangre.

JORGE dijo...

Ahí radica la importancia de la presencia de los padres. Los hijos necesitan de sus padres para formarse y saber comportarse más adelante cuando ya estén solos.

Gracias y bendiciones.

A la lejanía, me ha dejado extrañado esa prohibición.

Muebles dijo...

Brillante la observación de tu hijo, la verdad es que el cartel no es muy claro y es una buena muestra de como hay que ir formando para que las pequeñas confusiones no generen problemas futuros

Anónimo dijo...

Buen post, estoy de acuerdo contigo aunque no al 100%:)